Un nuevo implante dental podría restaurar la sensación natural del diente sin perforar el hueso

Un grupo de investigadores ha desarrollado un innovador tipo de implante dental que podría cambiar radicalmente la forma en que se reemplazan los dientes perdidos. A diferencia de los implantes tradicionales, esta nueva solución se integra con los nervios de la encía y tiene el potencial de imitar no solo la forma, sino también la función sensorial de un diente natural.

Un implante que se conecta con los nervios

Los implantes dentales convencionales, aunque efectivos y duraderos, no logran replicar por completo la sensación de un diente real. Esto se debe, en gran parte, a que no están conectados a las terminaciones nerviosas como los dientes naturales, los cuales se unen al hueso mediante un tejido blando altamente inervado.

El nuevo implante, desarrollado por investigadores de la Universidad de Tufts (EE.UU.), incorpora un revestimiento biodegradable impregnado con células madre y proteínas bioactivas que estimulan el crecimiento de nuevo tejido nervioso. Según los autores del estudio, publicado en Scientific Reports, esta tecnología busca «reconectar los nervios» para recuperar la sensibilidad y retroalimentación que se pierde con las prótesis actuales.

Menos invasivo y con ajuste inteligente

Otro aspecto destacable es que este implante no requiere perforar el hueso maxilar. En lugar de fijarse directamente en el hueso, se integra a través de los tejidos blandos de la encía, lo que reduce significativamente la invasividad del procedimiento y el riesgo de dañar nervios preexistentes.

Además, el dispositivo incluye un núcleo de nanofibras elásticas que se expanden una vez insertadas, garantizando un ajuste firme sin necesidad de tallar la cavidad dental. Esta característica hace que la intervención sea más sencilla, rápida y potencialmente menos dolorosa para el paciente.

Resultados prometedores en animales

Las primeras pruebas en modelos animales han mostrado resultados muy alentadores. Seis semanas después de la implantación, los dispositivos permanecían estables y no presentaban signos de inflamación ni rechazo. Las imágenes obtenidas revelaron que la integración se había producido a través del tejido blando, en lugar de mediante la fusión con el hueso, lo cual refuerza la hipótesis de una futura recuperación de la función sensorial.

Aunque se trata aún de una fase experimental, el equipo investigador trabaja ya en estudios preclínicos que permitan verificar si los nervios regenerados alrededor del implante son capaces de transmitir información sensorial al cerebro de forma efectiva.

Potencial más allá de la odontología

Los responsables del desarrollo creen que esta tecnología podría aplicarse en otros campos médicos, como la ortopedia. En particular, se estudia su utilidad en prótesis de cadera o en tratamientos para la reparación de fracturas óseas, donde también se busca una integración más biológica y menos invasiva.

Hacia una odontología regenerativa

Este avance se enmarca dentro del creciente campo de la medicina regenerativa, que plantea nuevas formas de reparar tejidos utilizando la biología del propio cuerpo. En odontología, esta visión va más allá de los implantes y abre la puerta a terapias que podrían incluso regenerar dientes naturales.

En esa línea, hospitales japoneses como el de Kioto y el Kitano de Osaka ya están ensayando un tratamiento experimental capaz de activar el crecimiento de un tercer juego de dientes, latente en la etapa embrionaria. Esta terapia, que comenzó a probarse en humanos a finales de 2024, busca lograr una regeneración dental completa sin necesidad de materiales artificiales.